Creo que el día a día nos hace a todas vivir a mil por hora… me repito mil veces cada 60 minutos «deja el celular» y aunque tengo dominado el tema de 5.00 p.m. a 7.30 p.m. que termino de bañar, cambiar y acostar a mis hijos, lucho contra el vicio de mirar mi whatsapp ( cuando mi celular no está descargado por algún rincón de mi casa) …y en general siento que últimamente ese efecto de «correr» es parte de la vida de cualquier » milenial» jajaja.

Yo he sido víctima del correr en muchas etapas, pero tuve la suerte, gracias a mi querida amiga Luciana, de que me presenten el mundo de los Cuidados Básicos en donde el respeto a los tiempos de cada bebé juega un rol muy importante ( eso NO significa, deja que tu bebé haga lo que quiera, cuando quiera o como quiera, sino por el contrario darle un marco de seguridad con límites, pero no adelantarlo ni sobre- exigirle nada que su edad / desarrollo no pueda conquistar de manera natural).

Y bueno, todo suena muy poético, pero llegaron los dos años de Marina,  yo no veía ni una luz de querer dejar el pañal ( y aunque me relajaba, confieso que las mil preguntas ¿Todavía usa pañal?, ¿Quéeeeeeee no «sabe» hacer pila sóla?… aveces me abrumaban). Hago hincapié en mencionar los dos años porque » La Tabla del Niño Peruano» dice que el pañal se debe dejar a esa edad y en verano (¿?) sin profundizar si el niño está algo listo para ese proceso.  Es más como anécdota me acuerdo que cuando viajé con mi esposo, mi abuela quiso » ayudarla» sentándola un ratito en el water sin pañal ( porque hijita ya tiene dooooos), pero obviamente Marina, no estaba lista).

Llegó ese famoso verano y con este los tres años de mi gorda y nada ( época en la que fui víctima de mi propia mente sumándole: si no lo deja a los tres años ¿Cómo vamos a hacer cuándo entre al colegio?) … bajábamos a la playa sin pañal, pero ni bien subíamos a la casa… la bañaba y ella misma se ponía su panal parada, así que ni modo… no había absolutamente ni un indicador. Pasó el verano, nuevamente al nido y con pañal bien puesto fue encantada a su primer día de clases y así nos pasamos todos los días hasta el mes de Julio de este año, en el que no sólo no había ni una señal, ni un quiero hacer pila, ni un tengo ganas de hacer caca, sino que quería tener puesto siempre su pañal (como si ella sospechara que le quedaban sólo unos meses usándolo) y podía pasarse encantada con este inflado como un globo o pesando como 3 kilos, sin ni siquiera estar incómoda…. la mente me volvía a traicionar y me veía organizando un evento benéfico para mi misma por la recatafila de pañales que iba a tener que comprar hasta sabe dios cuando… pero nuevamente, respiraba y volvía a repetirme: Paciencia, ella lo va a dejar.

Mágicamente un día vino a jugar una amiga  y ohhh ella usaba calzón e hizo pila en el water del baño de Marina y al día siguiente, en el acto me pidió que » Le ponga calzón como Majo»( ojo que en el nido había visto a todas sus amigas con calzón y no le hacía ni cosquillas el tema) así que en un segundo saqué los calzones de princesas ( jaja)  que tenía compradasos hace tiempo y le puse uno pensando que » Mi hija había dejando el pañal sola» … pues si, lo dejó por voluntad propia pero tuvimos un mes si es que no fueron dos limpiando pilas… primero porque aunque Marina no quería pañal, sino calzón, esa escena absolutamente estética de «no usar pañal», estaba separada del famoso proceso natural,  físico y mental  de «control de esfínter» es decir de poder regular sus ganas de hacer pila o caca con el hecho de hacerla... así que me puse a investigar aún más a fondo y encontré el maravilloso libro de » Mirar al Niño, la escala de desarrollo del instituto Pikler ( Loczy) » de Judit Falk, que claramente muestra que ese proceso inicia recién a los 22 meses y tiene hasta los 4 años para finalizar ( de manera natural)… Se lo recomiendo a ojos cerrados, sobretodo a las futuras mamás o mamás con bebés de 0 a 3 meses que recién empezarán con todo el desarrollo motriz.

MIrar al niño

Así que nos pasamos dos meses usando calzón, llegamos al acuerdo de que si ella quería usarlo ( calzón) tenía que hacer pila en el water cada cierto tiempo ( las típicas antes de salir y al llegar a un lugar)  y eso comenzó a funcionar pero no había NI UN AVANCE de alguna regulación física o de tener la » sensación» de querer hacerla… hasta que un día, por arte de magia, pasó…»Mami quiero hacer pila» y fue al water y la hizo y así ella misma fue dueña de su proceso y nunca más hubo retroceso alguno, después reguló ella misma sus ganas de hacer caca también de la misma manera. Aún no voy a quitarle el pañal de noche aunque todos los días por la mañana se lo saco seco, pero no hay ningún apuro en hacerlo.

Quería contárselo, no para que piensen que todos los niños tienen que dejar el pañal a los tres casi cuatro años, sino porque creo que lo importante es profundizar si están físicamente listos para identificar sus ganas de ir al baño. Pienso que cada niño tiene su tiempo y probablemente Marina se demoró un poco más también por sus ganas de ser » chiquita» como su hermano, quién por el contrario con 2.7 años tiene absolutamente identificado cuando quiere ir al baño o no… Cada etapa es especial y  personal, por lo mismo no se puede regir por el calendario en curso y el verano que se viene, sino por un tema de madurez .

Siempre hay algunas señales físicas que nos indican que los niños ya están » listos» para empezar ese proceso:cuando intercalan los pies para subir o bajar escaleras ( van comprendiendo que su cuerpo se divide en dos y van tomando control) y/o trasvasan líquidos al jugar. De igual manera, creo que lo más complicado de esa transición, es controlar la impaciencia natural de nosotras las mamás porque algunas cosas, finalmente sucedan, pero aunque guiemos a nuestros hijos, las fases naturales evolutivas tienen su propia y particular línea de tiempo.

De nuevo, les dejo esta frase que me encanta del libro de Chantal de Truchis sobre este tema “ Es verdad que estamos deseosos por dejar de comprar pañales, pero pónganse a pensar que nuestras abuelas los lavaban”.

Finalmente, dejar el pañal sin duda, es el momento que conecta a nuestros niños con la vida adulta.

Un abrazo.

Mili

 

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