¿Todos los bebés necesitan empezar un proceso de Sleep Coaching?. Esto me lo he preguntado mil veces y mil veces más me respondo lo mismo: NO. Suena gracioso siendo yo Sleep Coach, pero creo que antes que eso, soy mamá, soy una persona comprometida con la crianza y me formo en Acompañamiento Temprano Infantil justamente para seguir respondiendo a más de una pregunta que ronda en mi cabeza. En este Post quiero que conozcan más del Sleep Coaching, los mejores momentos para llevarlo y también algunos consejos para evitarlo.

Como mamá, empecé a formarme como Sleep Coach para ayudar a Lorenzo, mi segundo hijo, con Marina nunca tuve un sólo problema de cara al sueño, pero confieso que lo que tuve fue calma y suerte, porque ella no tenía horarios adecuados para una bebé de su edad ( tenía horarios buenos, de niña, pero no enfocados en su capacidad de tolerancia despierta) y el coaching me ayudó mucho a ordenarlos mejor aún, lo que si tenía ( sin darme cuenta) era la capacidad de pasar de despierta a dormida por sí misma y esa fue la gran ventaja.

¿Qué aportó el Sleep Coaching a mi vida?

Me ayudó a conocer las características del sueño de un bebé y/o niño, este fue el punto de partida más importante porque sobre ese cimiento empezamos a construir la mejora.

El sueño es cíclico y no lineal, es decir nadie duerme de corrido, sólo engancha con un ciclo una y otra vez, de profundo a ligero.

Aprendí que las asociaciones de sueño son lo más fácil en crearse y simplemente se vuelven la necesidad de cada bebé o niño para enganchar con un nuevo ciclo.

La importancia de los tiempos de tolerancia de los bebés y niños, esa » Sleep Window» que hace que pasen de un estado de tranquilidad, dando señales de sueño a irritabilidad en donde el stress se apodera de ellos y es casi imposible dormirse.

Evidenció que la necesidad de descanso de un bebé es clave, básica y necesaria para desarrollarse, porque estar cansados les cambia el humor, mejor descrito aún, les impide » florecer».

Entonces, ¿cuándo empezar un proceso y por qué?

Los bebés sincronizan su día a día con sus ritmos circadianos entre los cuatro y seis meses, por eso, yo recomiendo ser pacientes y tomar una decisión de cara al coaching a partir del sexto mes y no antes, los bebés necesitan madurar internamente, si bien están aptos para empezar desde el cuarto mes ajustado de vida, cada uno se desarrolla a su propio ritmo y empezar antes puede ser desde frustrante hasta muy duro.

El momento ideal es entre los seis y siete meses, las razones que me parecen importantes son:

*Se supera la regresión del cuarto mes, que no es nada más que un hito de crecimiento.

*Empieza el desarrollo de un patrón de sueño más consolidado ( que se parece en algo más al adulto que a la de un bebé dentro del vientre materno).

*Es un bebé aun tranquilo y no en el pico de su motricidad.

*Si es que tiene asociaciones de sueño, estas cuentan con poco tiempo de formadas, será fácil ayudarlo a transformarlas en necesidades al despertar y no al dormir. De todas maneras, los casos de bebés con reflujo que necesitan estar cargados más tiempo, usualmente cuestan más en resolverse, porque hay un profundo » Sleep Prop» integrado al sueño.

*Si observan a un bebé de seis meses es un bebé con un tono muscular mucho más maduro y no con uno más parecido al de un bebé dentro de la barriga de su mamá.

Pasado ese tiempo, también hay otras posibilidades interesantes:

Los 11 y 16 meses:

No es el tiempo ideal, pero es el segundo mejor momento para considerarlo, básicamente porque:

*Se deja atrás la regresión natural de los 8 – 9 meses en donde la tarea motriz se lleva el protagonismo y el consumo de las calorías diarias.

¿Cuáles son los momentos más vulnerables?

Entre 8 a 10 meses:

*Porque los bebés tienen más motricidad, aprenden a pararse y/o empiezan en algunos casos con sus primeras palabras, eso los tiene distraídos, practicando constantemente esa nueva habilidad, entregando su energía por completo a esos momentos.

Después de los 16 meses:

*Porque se acercan más a los » Terrible Two»

*Porque el temperamento del niño juega un papel importante en un proceso aquí y muchas veces no responde fácilmente al método.

*Porque el punto de partida es más duro, hay más asociaciones de sueño entonces llegar a un descanso totalmente limpio tomará más tiempo, porque hacerlo desde la calma, es básico.

¿Qué es importante tener en cuenta al abordar ese proceso?

Que siempre costará un poco más al comienzo… porque pasar de » hacer dormir a un bebé» a que desarrolle esa habilidad, es cambiar y muchas veces ese cambio viene de la mano con una protesta.

Ser Consistente: Diseñar un Plan y continuarlo, si no da resultados, darse un tiempo prudente de prueba 4 días mínimo para probarlo. Cambiar día a día de estrategia es contra producente para la familia y más para el bebé.

Anticipación: Los bebés necesitan ser anticipados y no sorprendidos, sobre todo durante un proceso de cambio. Darle una rutina calma, despedirse antes de salir del cuarto o permanecer ahí dando soporte desde el silencio, es importante.

Calma: El proceso de cambio, muchas veces requiere ser tajante en aspectos críticos para el sueño del bebé: cambiar horarios, rutinas, etc. Si nada funciona, no vale la pena avanzar. Sino parar, recuperar energía, reflexionar sobre lo que pasó y continuar siempre desde la calma.

Asociaciones: Analizarlas. Mirar qué necesita tu bebé para volver a enganchar con su ciclo de sueño.

Punto de Partida: Tener expectativas reales, un bebé pequeño siempre responderá mejor que un bebé grande. Saber con qué velocidad avanzar también es clave.

Observación: Desde el mundo de la crianza infantil, la observación es crucial, mirar mucho más y hablar menos. Fíjate en las señales de sueño de TU hijo, cada niño es un mundo, se maneja en rangos horarios más o menos de la mano de su edad, pero la hora exacta sólo la indican sus señales.

Sobre Estimulación: Muchas veces, la hora es la adecuada, las condiciones están dadas pero hay momentos de sobre estimulación que bloquean la capacidad de conciliar el sueño. Estar atentos a estos, también disminuye mucho las probabilidades de no llegar a lograr una mejora en los hábitos de sueño.

¿Puede que el Sleepcoaching no sea para tu bebé?

Pienso que si y que lo ideal es llegar a un punto intermedio. Es decir, si tu bebé tiene veinte meses, intentas ayudarlo a enganchar con sus rutinas, pasan los días y aun no evidencia ninguna mejora, probablemente sus asociaciones están profundamente impresas en él y quizás el costo de ir limpiando su sueño es muy alto, lágrimas, perder la estabilidad, etc. Aquí es donde yo sugiero dar un paso al costado, recuperar la calma sólo con horarios adecuados y desde ese punto, volver a construir una estrategia sana.

No hay papá o mamá que aguante un régimen absoluto a costa de lo que sea por hacer dormir a su hijo ( ni coach que deba mantenerlo) y definitivamente, lo más importante como papás es estar enfocados en el cuidado de nuestros hijos y no en recuperar la calma que el mismo proceso podría quitarles en un caso extremo.

¿Cómo evitar tener que pasar por un proceso de Sleepcoaching?

Si pronto serás mamá, vale la pena que conozcas estos tres puntos:

Evitar verticalizar a tu bebé: Los bebés por naturaleza necesitan ser respetados desde su libre movimiento. Ellos necesitan pasar mucho tiempo en posición horizontal sus dos primeros meses, básicamente porque su columna, cuello y su abdomen no están listos para soportar el peso de su cabeza y cuando los verticalizamos demasiado temprano, se vuelven dependientes de esa posición y también de los brazos ( no me mal interpreten, amo cargar a mis hijos, pero que generen esa fuerza abdominal y en su cuello tan pronto, no es apropiado para ellos).

Es más, permitirles descubrir cada movimiento durante su primer año de vida, es el mejor regalo que podemos darles.

Este lindísimo cuadro de » Moverse en Libertad» parte del legado de Emmi Pikler, explica las diferentes posturas intermedias que logran los bebés al dejarlos experimentar con su propio movimiento. Lo contrario a lo que normalmente nos han enseñado que existe: echado – sentado – parado – caminando. Hay muchas más posiciones que lo único que hacen en fomentar la auto- regulación y autonomía, así como fortalecer su columna sólamente respetando sus tiempos.

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Enfócate en sus cuidados básicos: Alimentación, Baño, Vestimenta, Aseo ( Pañal) y Sueño, estos construyen poco a poco la calma en nuestros hijos y les permite abordar mucho mejor la noche.   Esta info les puede servir https://blogmilipalma.com/2016/09/22/el-poder-del-bano/

Espero que les sirva y les guste.

Un abrazo,

Milli

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