Se termina un año más, un año especial, un año difícil pero uno ( en mi caso) de una increíble, inmensa toma de conciencia. Así que sólo me queda sentir gratitud por estos 365 días que casi casi han pasado. Es inevitable mirar «para adentro» y comenzar, poco a poco a descomprimir e ir recorriendo todo lo que pasó…, yo cada 27 de Diciembre me siento y hago una reflexión que me ayuda muchísimo a ordenar mi cabeza y corazón, esta vez, no quería dejar de compartirla contigo, estoy segura que si te servirá!

Lo primero es sacar lápiz y papel, estar sentada con calma, tomando un café o algún té que te guste, que te olvides del celular que a todas nos atormenta y te regales 45 minutos de reflexión, probablemente estarás pensando ( ja, ja, reflexión entre mis hijos, el trabajo, duermo poco, y lo que me voy a poner en año nuevo que aún no lo tengo, no tengo ni 5 minutos libres!) pero igual, trata de darte un espacio para ti y para poder salirte, por un rato de tu propio marco de referencia y recorrer tu 2017.

Siempre empiezo por las cuatro preguntas de ley ( lo inevitable)

  1. ¿ Cómo me sentí este año?
  2. ¿ Cuáles fueron los momentos que más disfruté?
  3. ¿ Cuáles fueron los momentos más difíciles para mi?
  4. ¿Cuál fue el gran aprendizaje de este año?

De hecho, en primera instancia es cuestionarse cosas que parecen » simples», pero no lo son, es justamente recorrer, acordarse, pensar, lo mejor para este momento es escribir… a mi me gusta darme el tiempo de apuntar mis respuestas y guardarlas para leerlas después y sobretodo porque serán mi «punto de partida» para el próximo próximo año.

El siguiente paso:  Desde ahí,  donde te encuentras hoy, pregúntate si lo que haces, lo que vives, lo que pasas, te acerca al lugar en donde te quisieras encontrar a mediano plazo ( copio esta frase de Walt Disney que le leído muchas veces y realmente me encanta por lo clara y cierta que es):

Pregúntate si el lugar (1)

Agradece por todo lo vivido:

Ahora nos toca agradecer por todo lo vivido y tratar de darle una ruta al siguiente año ( ojo, no se trata de planificar al milímetro ni mucho menos, pero sin duda, tener algunas resoluciones que nos ayuden a retomar el timón del barco cada vez que nos desviamos).

Es importante tener claro cuales serán tus METAS PERSONALES y así anotar los objetivos que necesitas cumplir para que esas metas se conviertan en realidad o mejor dicho para poder llevarlas a la vida. Te comparto las mías por si te sirven para darte una idea:

  1. Meta 1: Estar más presente en momentos importantes  sin el  celular en la mano:  Para cumplir esta meta haré 3 cosas que aún me faltan aterrizar a última línea pero que serán: Planificar mi contenido de manera semestral ( aunque algunas cosas sean espontáneas, el trabajo mapeado te ayuda a quitarte el grillete). Revisar mi correo dos veces al día ( mañana y tarde), y no hacerlo 40 veces al día, así separándome el momento todos los días, dejo de perder tiempo » minuto a minuto».
  2. Meta 2: Terminar los álbumes de fotos de mis hijos. Les tomo muchas fotos, pero las dejo en la computadora, no termino de seleccionarlas !y no quiero que pase y pase el tiempo, así que este 2018 tendré 1 hora a la semana ( me comprometo con lo que puedo dar) para seleccionar + imprimir + pegar y llevar mi meta a concreto. Separaré un día de la semana y le asignaré la hora, para no hacer NADA más que eso.
  3. Meta 3Dedicarle un día al estudio: soy una apasionada de estudiar, sigo muchos cursos que me llenan el alma, pero por la misma falta de tiempo, aveces leo en las esperas de los doctores, en el taxi que me lleva a alguna visita, etc. Le dedicaré un día a lo que más me gusta, para estar presente en los otros momentos al 100%.

Si te queda la duda, de cuál el la diferencia de tus #METAS y #OBJETIVOS esto puede servirte.

Metas vs. Objetivos

Este año, aprendí algo especial que quiero compartir contigo a CELEBRAR TODO, usualmente la vida de hoy nos hace » darnos con palo»  ( y sobretodo nosotras las mamás), nunca nada es suficiente, el ejemplo más claro para mi es el de la maternidad misma y las innumerables preguntas: ¿ Camina pero mete el pié, no?, ¿ Dejó el pañal pero lo usa por la noche, no?. ¿ Ya come pero no le gusta nada, no?, ¿ Ya duerme con una buena rutina pero aún se levanta, no?… NADA es suficiente y es algo que tenemos que ROMPER… así que para este 2018 ten un pomo vació si puedes en tu mesa de noche, escritorio y cada vez que logres algo: chico, mediano o grande, por lo que esperaste, te esforzaste o quisiste que suceda con todas tus fuerzas, escríbelo y ponlo dentro de ese frasco y al final del siguiente año verás que tendrás mucho que agradecer y que hiciste MÁS de lo que pensaste o incluso te acordaste, desde metas personales, hasta profesionales. La clave está que te hagan feliz, que te llenen el alma y que sean pequeños o grandes triunfos que celebrar.

a) Ese lunar que vio el dermatólogo no estaba mal como pensé.

b) Disfruté muchísimo ver esa película que quería sin interrupciones, en mi cama y en silencio.

Lo que sea… al final del 2018 verás que has tenido más momentos buenos que malas, más cosas chicas que celebrar que las que te imaginaste, más logros personales de los que pensaste y sobretodo, porque la memoria es frágil ( o por lo menos la mía lo es…) escribe, escribe, escribe…

 

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No quiero dejar de despedir el año sin decirte GRACIAS por ser parte del mío, por leerme, por escribirme y por poder crecer juntas un año más.

¡Feliz 2018!

Mili

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